Es innegable la conexión que existe entre nuestra mente y nuestro cuerpo. El cuerpo responde a lo que pensamos, sentimos y actuamos, y a su vez, nuestra mente también se influye por nuestro cuerpo.
Un ejemplo gráfico que sirve para ilustrar esta conexión es el miedo. Ante una situación que nos causa miedo intenso, sentimos como se acelera nuestro corazón, y nuestra respiración y podemos temblar o sudar.
Por otra parte, una dolencia en el cuerpo o enfermedad, nos puede generar emociones negativas como la ansiedad y el miedo.
Las emociones, se generan en el cerebro y originan sustancias que activan hormonas que van a influir en todo el organismo. Cuando estas emociones se prolongan en el tiempo las hormonas siguen actuando en nuestro cuerpo, lo que nos lleva a un agotamiento de nuestras defensas y finalmente somos más propensos a enfermar.
Así, investigaciones científicas han demostrado que las emociones tienen un impacto en nuestro sistema inmunológico. Las emociones positivas lo fortalecen pero las negativas lo debilitan.
Algunas manifestaciones de enfermedades en épocas emocionalmente más difíciles pueden ser:
Resfríos
Infecciones
Hipertensión y otras patologías cardíacas
Diabetes
Dolores musculares
Úlceras
Enfermedad inflamatoria intestinal y síndrome de colon irritable.
Alergias
Trastornos de la piel
Cáncer
Es normal que ante determinadas situaciones, podamos sentir alegría, miedo, ira, tristeza, angustia, etc. Lo importante no es la situación en sí, sino cómo nosotros la vivimos, cómo la gestionamos y cómo la enfrentamos.
Por lo tanto, nuestra salud también depende de saber gestionar nuestras emociones.
Consejos para gestionar nuestras emociones:
1. Identificar las emociones que estamos sintiendo nos permitirá tomar el control y regularlas de mejor manera.
2. Realizar actividades que disfrutamos, nos hagan reír y estar de buen humor: divertirse con amigos y la familia, contar chistes, ver comedia, disfrutar un momento. Investigaciones han demostrado que la risa puede estimular la función inmunológica y el humor aumenta nuestro bienestar y nos hace más felices.
3. Optar por ver la vida de manera más positiva, relajarse, distanciarse de la negatividad y encontrar maneras de lidiar con problemas emocionales negativos persistentes.
4. Construir círculos sociales positivos y liberarse en la medida de lo posible de personas que transmiten estrés y emociones negativas.
5. Enfocarse en el presente: ayuda a bajar la angustia y ansiedad por el pasado o el futuro y poder centrarse más en los objetivos y metas de cada uno.
6. Practicar la gratitud: practicar el agradecimiento es una de las cosas que mas bienestar reporta a las personas. Siempre tenemos algo de que estar agradecido.
7. Practicar la meditación y relajación: se ha visto que ambas activan el sistema inmunológico estimulando partes del cerebro que controlan las emociones positivas.
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