Los disruptores endocrinos pueden estar presentes en diferentes sustancias químicas, estas con el paso del tiempo han sido incorporadas al medio ambiente, a nuestros alimentos y productos que son utilizados en nuestra alimentación, de variadas formas, sin tener en cuenta las consecuencias y efectos adversos que pueden provocar, específicamente en nuestro sistema endocrino (hormonal).
Estas consecuencias se relacionan con enfermedades como la diabetes, la pérdida de fertilidad, malformaciones y con determinados tipos de cáncer, entre ellos el cáncer de mama, de vejiga o de próstata, incluso se ha estipulado que pueden ser potencialmente obeso génicos ya que en personas con estado nutricional de obesidad o sobrepeso se han encontrado mayores niveles de disruptores endocrinos en el tejido adiposo.
¿En que alimentos o productos específicos encontramos disruptores endocrinos?
- Mamaderas de plástico, juguetes, chupetes, botellas plásticas, latas y productos de maquillaje.
- Envases plásticos para microondas sobre todo los utilizados para el almacenamiento de comidas. Y lo que trae consigo mayor riesgo aún son los que son usados para calentar los alimentos, ya que los compuestos químicos migran hacia el alimento una vez expuestos a temperatura.
- También se pueden ingerir residuos de pesticidas a través de la alimentación, por ejemplo, las frutas y verduras, las cuales tienen en su composición una media de 20 pesticidas diferentes.
¿Como entonces podríamos evitar exponernos a estos disruptores?
- Al consumir alimentos como verduras y hortalizas expuestas a químicos (como pesticidas), se recomienda lavarlas adecuadamente, con abundante agua, desinfectar, volver a lavar y dependiendo de la verdura usar escobilla para sacar los residuos.
- Frutas deben ser lavadas también con abundante agua.
- Productos enlatados que una vez extraídos del envase se deben lavar o enjuagar también con abundante agua.
- No dar segundos usos a las botellas de agua de plástico, para evitar la migración del BPA.
- Utilizar en el microondas siempre recipiente de vidrio, evitaremos migraciones de ftalatos o BPA.
- Preferir guardar los alimentos en recipientes de vidrio.
- Reduce el consumo de alimentos enlatados; el interior de las latas se recubre con una delgada capa plástica, principalmente de compuestos que liberan BPA en la comida.
- Mantiene un peso saludable, ya que, a mayor peso, mayores niveles de disruptores endocrinos en el tejido adiposo, que alteran la función normal de tu organismo.
- Evita los vasos de estirofoam (similar al corcho blanco), sobre todo con líquidos calientes, ya que desprenden tóxicos muy dañinos para el organismo.
- Procura no lavar envases de plástico en el lavavajillas o con agua caliente, ya que el calor hace que se desprendan las partículas nocivas.
- Revisa la etiqueta del reciclaje en la base de botellas o productos de plástico, esta te proporcionará información para saber de qué tipo de plástico está hecho.
¿Como identificar la toxicidad presente en un plástico?
1: PET (Polietileno Tereftalato): EVITAR Comúnmente encontrados en: botellas de refrescos, botellas de agua, botellas de aceite de cocina
2: HDPE (Polietileno de Alta Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comúnmente encontrados en: galones de leche, bolsas de plástico, envases de yogurt.
3: PVC (Policloruro de Vinilo, Vinilo): EVITAR Comúnmente encontrados en: botellas de condimentos, film transparente, anillos de dentición, juguetes, cortinas de baño.
4: LDPE (Polietileno de Baja Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comúnmente encontrados en: bolsas que ofrecen los supermercados para llevar frutas y vegetales y contenedores de alimentos.
5: PP (Polipropileno): LOS MÁS SEGUROS
6: PS (Poliestireno, también conocido como espuma de poliestireno): EVITAR Comúnmente Encontrados en: bandejas de carne, utensilios de espuma como vasos y platos desechables utilizados en fiestas.
7: Otros: No todos los plásticos de esta categoría contienen sustancias tóxicas, pero al estar clasificados como “otros” puede referirse a variados envases, por lo que sería más conveniente evitarlos.
La salud humana depende del buen funcionamiento del sistema endocrino, que regula la liberación de hormonas esenciales para funciones tales como el metabolismo, el crecimiento y desarrollo, el sueño o el estado de ánimo. Con estos antecedentes se logra dimensionar la gran exposición que tiene el ser humano a los disruptores endocrinos, por lo que evitarlos es otra forma de cuidar nuestra salud y el medio ambiente.
