Este 10 de octubre se celebró el Dia Mundial de la Salud Mental, fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de crear conciencia sobre el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales, así como quitar el estigma asociado a este tipo de trastornos.
Con el fin de poner en relevancia este tema se han realizado distintas iniciativas a nivel global. Este año el foco se ha puesto sobre los jóvenes y la salud mental. Según la OMS, la adolescencia es un periodo de cambios que puede ser una causa importante de estrés. Es también una edad en la que se producen las primeras manifestaciones de algunas enfermedades psiquiátricas.
Para muchos es una época apasionante, pero también puede ser causa de estrés o aprensión. El uso cada vez mayor de las tecnologías, que sin duda aporta muchos beneficios, también puede generar tensiones adicionales, pues cada vez es mayor la conexión a las redes virtuales en cualquier momento del día o la noche sin supervisión de un adulto.
Por lo tanto las nuevas generaciones son particularmente vulnerables a la angustia y a la exposición al desarrollo de enfermedades mentales.
En el caso de las enfermedades psiquiátricas, gran parte comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría de los casos no se detectan o no cuentan con la adecuada red de apoyo para consultar y buscar tratamiento. Con respecto a la carga de enfermedad entre los adolescentes, la depresión ocupa el tercer lugar. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 29 años. El uso nocivo del alcohol y de drogas ilícitas entre los adolescentes es un gran problema que puede generar comportamientos peligrosos, como las prácticas sexuales de riesgo o la conducción temeraria.
Afortunadamente, va en aumento el reconocimiento a la importancia de la resilencia y de quitar el estigma social asociado a la consulta por síntomas de la esfera de la salud mental. Cada vez son más numerosas las pruebas de que la promoción y la protección de la salud del adolescente es beneficiosa no solo para la salud a corto y a largo plazo, sino también para la economía y la sociedad, pues adultos jóvenes sanos podrán contribuir mejor a la fuerza laboral, a sus familias y comunidades, y a la sociedad en su conjunto.
Debemos recordar que una de las principales causas de licencias médicas es la depresión en el adulto.
Algunas señales de alarma.
Más de 800.000 personas mueren en el mundo cada año por suicidio, y esta es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que, por cada adulto que se suicidó, posiblemente más de otros 20 intentaron suicidarse. Lo más importante: los suicidios son prevenibles y la ideación o intención activa de cometer suicidio son un motivo de urgencia médica.
Muchas veces hay varios factores de riesgo que actúan acumulativamente para aumentar la vulnerabilidad de una persona al comportamiento suicida. Entre los factores de riesgo asociados están las dificultades para obtener acceso a la atención de salud y recibir la asistencia necesaria, la fácil disponibilidad de los medios utilizables para suicidarse, el sensacionalismo de los medios de difusión en lo concerniente a los suicidios, que aumenta el riesgo de imitación de actos suicidas, y la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas o por problemas de salud mental.
Entre los factores de riesgo a nivel individual cabe mencionar intentos de suicidio previos, trastornos mentales, consumo nocivo de alcohol, pérdidas financieras, dolores crónicos y consumo de drogas.
Es importante generar una buena red de apoyo para poder detectar señales tempranas del desarrollo de una enfermedad mental y consultar a tiempo para poder recibir un tratamiento adecuado y evitar mayor compromiso a futuro de nuestros seres queridos.