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Los tumores son una de las principales causas de morbimortalidad en la población adulta y destacan por su elevada frecuencia aquellas del tracto gastrointestinal. Datos epidemiológicos han revelado que el riesgo de desarrollar un tumor maligno presenta una gran variación entre poblaciones lo que estaría determinado en gran medida por factores ambientales y sería independiente de los factores genéticos. Diversos estudios han demostrado la importancia de la nutrición en el desarrollo de cáncer, estimándose que hasta un 40% de los tumores podría ser prevenido a través de la mantención de una dieta adecuada y otros estilos de vida saludables. Por lo tanto, los tumores malignos del tracto gastrointestinal, serían los más susceptibles de ser evitados a través de intervenciones nutricionales específicas.
A continuación te presentamos los principales nutrientes influyentes en el desarrollo y prevención del cáncer digestivo.
ÁCIDOS GRASOS
La ingesta de grasa, específicamente de los ácidos grasos saturados, se ha relacionado estadísticamente con la mortalidad por cáncer gastrointestinal, específicamente por cáncer colorectal.
Ejemplos: embutidos (longanizas, todo tipo de fiambres, vienesas, pates, prietas), comida “chatarra” (hamburguesas, papas fritas, churrascos, pizzas), snacks (doritos, ramitas), productos de pastelería (tortas, berlines, pasteles, galletas, donas), interiores (panita, criadillas, guatitas), chocolates, mantequilla, margarina, quesos y mayonesa. Cualquier cocción en la cual se utilice aceites, con mayor riesgo las frituras o cocciones de tiempo prolongado.
Por otro lado, actualmente la atención se enfoca en el papel que juegan los ácidos grasos poliinsaturados, principalmente el Omega 3 y el Omega 6. Se ha demostrado que mediante una serie de procesos fisiológicos, terminan transformándose en un factor protector para el desarrollo de cáncer, especialmente a nivel del colon.
Fuentes: aceites en crudo (oliva, soya, canola), palta, nueces, almendras, aceitunas, chía, linaza y pescados.
CARBOHIDRATOS
Se ha planteado que una alteración severa en el metabolismo de la glucosa, y el consumo elevado de alimentos de alto índice glicémico, son un factor de riesgo para el desarrollo de cánceres de distintas localizaciones, especialmente gástrico, colónico y del recto.
Ejemplos:
Azúcar refinado y todos los alimentos con adición de azúcares: jugos, bebidas, leches, cereales, dulces, pasteles, tortas, chocolates, helados, galletas, entre otros.
Carbohidratos simples (alto – mediano índice glicémico): pan, cereales, papas, fideos, arroz, harinas, debemos preferirlos siempre integrales y moderar su consumo.
Los productos derivados de la papa contienen altos niveles de acrilamida, sustancia que se forma durante la cocción a altas temperaturas, que se ha asociado al aumento del desarrollo de cáncer
FIBRA DIETÉTICA
Desde hace varios años se ha asociado el consumo de fibra con la disminución de la incidencia de cáncer, principalmente colorectal. Además de reducir el tiempo de tránsito intestinal, disminuyen el pH intraluminal y producen ácido grasos de cadena corta que actúan como potenciales anticarcinogénicos.
Fuentes:
Provenientes de productos naturales: frutas, verduras y legumbres.
Provenientes de productos fortificados con fibra: avena, arroz integral, fideos integrales, pan integral.
PROTEÍNAS (CARNES ROJAS)
La mayoría de los estudios epidemiológicos no han mostrado asociación entre una dieta rica en proteínas y el riesgo de cáncer. Pero sí se ha relacionado el alto consumo de carnes rojas y carnes procesadas con el desarrollo de cáncer, principalmente de colon y recto. Estudios recientes concluyeron que el consumo diario de 100 gramos de carnes rojas (de cualquier tipo) incrementa el riesgo de cáncer colorectal entre un 12 y un 17%; mientras que el consumo diario de 25 gramos de carnes procesada aumenta el riesgo en un 49%. Siendo importante el tipo de cocción, con mayor riesgo las carnes ahumadas, quemadas, o cualquier tipo de cocción con exceso de tiempo.
FRUTAS Y VEGETALES
Existe una gran cantidad de evidencias que relacionan un alto consumo de frutas y verduras con una reducción de distintos orígenes del cáncer, especialmente cánceres epiteliales del tubo digestivo. El consumo de frutas y verduras otorgaría protección contra el cáncer a través del aporte de componentes anticarcinogénicos, tales como antioxidantes (principalmente carotenoides, vitamina C y E), ácido fólico y flavonoides, principales componentes de las frutas y verduras.
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A continuación, te dejamos estos 10 tips para la prevención del cáncer gástrico:
1. Mantener un peso adecuado, evitando el aumento mayor de 5 kilos durante la vida adulta. Esta recomendación se hace en base a la evidencia existente en relación a la presencia de obesidad y el desarrollo de cánceres de distintos orígenes.
2. Mantener actividad física de por lo menos 30 minutos diarios. El sedentarismo se ha asociado a un aumento del riesgo de cáncer de colon y recto. Al mismo tiempo, actuaría de forma indirecta favoreciendo la presencia de obesidad con su asociación al desarrollo de ciertos tipos de cánceres.
3. Tener una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, legumbres, pescados y cereales no refinados. Consumir 5 o más porciones entre frutas y vegetales diariamente.
4.Consumir granos o cereales poco procesados y alimentos ricos en fibra, limitando o eliminando el consumo de azúcares refinados.
5.No consumir alcohol, o hacerlo en forma moderada, Se ha relacionado el consumo de alcohol con el desarrollo de cáncer de boca, esófago, colon e hígado.
6.Moderar el consumo de carnes rojas, pudiendo ser sustituida por carne de pollo, pavo o pescado.
7. Limitar el consumo diario total de grasas saturadas, lo que incluye los alimentos ricos en grasas nombrados anteriormente y cualquier cocción que sea muy prolongada o que involucre el uso de aceite o su reutilización.
8. Evitar el consumo de alimentos salados. Esta recomendación es especialmente importante en los niños, ya que existen datos sobre el consumo temprano de sal y el desarrollo posterior de cánceres, especialmente del tracto digestivo alto. Se recomienda preferir el aliño de alimentos con hierbas y especias.
9. Usar métodos de conservación adecuados. La refrigeración puede actuar como factor protector, ya que impide la proliferación de microorganismos con efecto cancerígeno conocido.
10. No consumir alimentos quemados, especialmente carne y pescado. Evitar cocinar a fuego directo, y freír o hervir en exceso. Evitar el consumo de alimentos ahumados, lo que se ha asociado a un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer gástrico.
El cáncer puede cambiar la manera en que el cuerpo utiliza los alimentos.
La anorexia y la caquexia son causas comunes de desnutrición en los pacientes de cáncer. Es importante tratar la pérdida de peso que ocasiona el cáncer y su tratamiento.
El mensaje es claro: Prevenir y enfrentar el cáncer, no solo dependerá de medicamentos y tecnología médica. Los alimentos, y los nutrientes utilizados como medicamentos, son ahora la nueva forma de combatir las consecuencias devastadoras de estas enfermedades. Pero lo más importante de esto es la prevención, ya sea mediante estilos de vida saludable como del correcto y oportuno tamizaje.