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Ps. Daniela Werner

Partir el año con calma.

En general diciembre es un periodo en el que se tiende a detectar altos niveles de estrés, expectativas y cansancio. Se mezclan los términos de las clases de los niños, el cumplimiento de metas de las empresas y las celebraciones como la navidad y el año nuevo, lo que se suma a las altas temperaturas de la ciudad de Santiago, que convierte este período en un momento complejo del año.

Luego viene enero, el comienzo de un nuevo año y la sensación, muchas veces, de un nuevo comienzo. Una gran mayoría suele acompañar este inicio con vacaciones, de manera que se suele asociar con la posibilidad de despejarse y tomar la perspectiva de un nuevo ciclo, de una posibilidad de partir nuevamente con más energías, de proponernos nuevas metas, de poder cambiar y mejorar algunos temas pendientes.

Pero antes de partir con nuevas metas y propósitos, nos parece relevante reflexionar cómo poder trabajar el detenernos, el parar un momento antes de comenzar de nuevo; ya sea si te quedas en la ciudad o si decides tomar vacaciones, es relevante poder aprender a manejar el mantener la calma y la tranquilidad, manteniendo el foco en el presente, aquí y ahora.

El poder enfocar de esta manera lo que sea que estás viviendo, puede ser muy relevante no sólo para apreciar tus vacaciones, sino también para poder lidiar con momentos difíciles y desarrollar una actitud que te permita estar preparado/a para cualquier eventualidad.

De esta manera, te entregamos algunas ideas para que puedas poner en práctica el hábito de detenerse y partir un año 2018 con mayor conexión y tranquilidad.

  • Aprecia y agradece lo que tienes. El poder valorar lo que ya tienes, sea estar con salud, o tener a gente querida junto a ti, o hacer algo que te apasiona, es importante para comenzar a disfrutar. Si siempre sientes que te falta algo, solo vivirás en relación a expectativas, sin poder ver que muchas cosas del presente son suficientes para sentirte feliz y que no debieras darlas por garantizadas.

  • Explora otro modo de ver las cosas. A veces vemos un problema de la misma manera, y no nos damos cuenta que muchas veces un cambio de percepción puede ser de gran ayuda. A veces no es el cambio del problema en sí, es cambiar la forma en que lo tomamos, en que lidiamos con él.

  • Vive tu día a día conectado/a con tu cuerpo. Intenta comenzar el día usando e incorporando tus cinco sentidos en tus actividades cotidianas. Por ejemplo al ducharte, pregúntate qué sientes cuanto te duchas, cómo es el sonido de la ducha, a qué huele, etc. e intenta mantener esta actitud curiosa y perceptiva durante el día.

  • Evita los juicios y los pensamientos obsesivos. Cuando hagas alguna actividad intenta mantener el foco en ella, dejando tus pensamientos de lado. Si tienes un pensamiento insistente, vuelve tu foco hacia la actividad que estás haciendo, cómo la sientes, cómo la escuchas, vuelve a tu cuerpo no a tu mente.

  • Date un tiempo todos los días. Intenta todos los días dedicarte unos 10 min en tu respiración, sólo eso. Detente, siente cómo estás respirando, evita forzar la respiración en su ritmo o profundidad, sólo observa como lo estás haciendo, sin juzgarte sólo permitiéndote estar atento/a tu cuerpo.

  • Al comer, detente. Come lento, disfruta lo que estas ingiriendo, saborea la comida, huélela, mastica, date un tiempo. Sera una experiencia distinta y te sentirás con menos hambre al detenerte.

Estas ideas lo que intentan es proporcionar el quedarnos en el presente y disfrutarlo con todos nuestros sentidos. Eso te permitirá tener una experiencia en el presenta cargada de mayor riqueza e intensidad, también de una sesión de mayor plenitud.

Si deseas profundizar en estas técnicas o tienes dudas al respecto, no dudes en solicitar una sesión con la psicóloga de nuestro equipo.

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