A partir de las fiestas de septiembre de nuestro país, nos enfrentamos a un sinnúmero de festividades y feriados que van acortando las horas de trabajo pero a la vez van intensificando el cumplimiento de metas y objetivos en lo laboral, personal, familiar, etc.
Si bien el poder contar con algunos feriados y periodos de vacaciones para descansar e ir poniendo algunas pausas a las demandas que enfrentamos puede ser muy positivo para nuestra salud, también pueden aparecer inconvenientes cuando no nos hemos organizado de manera previa. A esto cabe reflexionar, que suele ocurrir que ante mayores feriados o festividades, los plazos de cumplimiento se acortan y las jornadas laborales se intensifican, las demandas frente a la fiesta de navidad aumentan, y de pronto nos encontramos a un 24 o 31 de diciembre con muchas tareas por cumplir.
Dentro de rangos normales, la presencia de un grado de exigencia y estrés puede resultar beneficioso para cumplir metas y potenciar el logro de objetivos profesionales y personales. Este tipo de estrés se llama “eustrés” y se diferencia del distrés, que está asociado al estar sobrepasado, debilitado y exhausto frente a un estimulo, llegando al agotamiento.
De esta manera es relevante considerar, que el problema no es sólo el evento externo en sí, asociado a un “estresor”, sino que es muy relevante observar la manera de nos relacionamos mentalmente con éste, cómo lidiamos con algo que nos afecta. Si pensamos y nos “preocupamos” constantemente, pero no logramos concretar acciones en pos de nuestra calma y tranquilidad, podemos hablar de que existen dificultades en resolver este tipo de situaciones.
Algunos aspectos a los que habría que poner atención es si los siguientes síntomas se presentan por más de dos semanas:
Alteraciones en el sueño (dificultad en la conciliación del sueño, en mantener el sueño y en despertarse, también en la disminución de horas o en el aumento comparando con el ritmo usual).
Cambios en los hábitos alimentarios (aumento o disminución en la cantidad y calidad de los alimentos que se ingiere en comparación a meses anteriores).
Contracturas, calambres y fatiga muscular. Aparición de dolor físico.
Incremento de la irritabilidad y labilidad emocional (rabia inusual, llanto, etc).
Sensación de estas sobrepasado/a con las demandas actuales.
Bloqueos, dificultad en iniciar, continuar o terminar alguna tarea.
Desmotivación con las áreas de interés.
Dificultad en mantener la concentración.
En caso de presentar algunos de estos síntomas por más de dos semanas, podría estar indicando que es necesaria la ayuda de un profesional. En caso de sumarse a lo anterior, ideas de muerte e incluso ideación suicida, estamos hablando de una necesidad urgente poder contar con apoyo profesional con un equipo de profesionales que incluya por lo menos psiquiatra y psicólogo. Si sabe de alguien que está experimentando estos síntomas o usted mismo, no dude en buscar apoyo.
Ahora bien, si usted ve que podría caer en una dinámica de distrés, compartimos algunas sugerencias para ir incorporando durante este mes del año, con el fin de poder estar con un mejor apoyo frente a las demandas del fin de año:
Identificar. Si se está sintiendo sobrepasado/a trate de reflexionar qué es lo que le ha estado afectando, qué ha sido distinto durante este periodo de tiempo, que ha se intensificado, también es relevante poner atención a si ha perdido algún apoyo importante, o si se está comprometiendo a mucho.
Evite comparaciones: Cada persona es distinta y tiene sus propias fortalezas y dificultades, mire su realidad, su situación, sus áreas fuertes y aquellas que le cuestan, respétese, su forma de ser y de trabajar tiene un valor único.
Pida apoyo. Si está viendo que es difícil cumplir con todo lo que se ha propuesto, hable con otros que puedan apoyarle, delimite lo que puede hacer, después lo agradecerá. Puede ser positivo evaluar una nueva estrategia, redistribuir las tareas o las funciones, esto en cualquier área.
Focalice: En lo laboral, trabaje durante su horario, evite distracciones en ese momento. El delimitar su atención y horas productivas a un periodo acotado, le permitirá disfrutar los tiempos de ocio con plenitud.
Espacios. Cada cierto tiempo de trabajo, busque algo que le gratifique y recompense el tiempo que ha estado concentrado/a, salga a caminar, vaya a tomarse un vaso de agua, respire, lea un chiste, etc. Si es posible, incorpore deporte o actividades que le gratifiquen cuando termine de trabajar.
Flexibilizar el “cerrar un ciclo”. Una creencia que en general no colabora en estas instancias es pensar que “cerramos un ciclo”, puede que efectivamente hayan algunos ciclos puntuales que sí se cierran como la escuela de los hijos, también en el trabajo, pero otros desafíos como aquellos más personales no necesariamente deben cumplirse en conjunto con los otros. Por ejemplo si queremos mejorar en nuestro manejo emocional, en alguna dieta, en una relación con alguien, puede ayudarnos mucho el flexibilizar y no intensificar las demandas que ya tenemos.
Conocerse y aceptarse: Es muy relevante el poder desarrollar una actitud de consciencia en relación a lo que uno hace, aceptar los límites en cuando a las propias posibilidades y poder flexibilizar y elegir lo que es más saludable para uno/a.
Si sientes que te cuesta aplicar alguna de estas sugerencias, o bien que estás presentando algunos de los síntomas asociados al distrés, no dudes en pedir hora con alguno de los profesionales de nuestra consultora, puede ser de gran ayuda.