En general, con el paso del tiempo, todos vamos viviendo situaciones dolorosas y difíciles que pueden ser complejas de afrontar o resolver. El poder contar con herramientas propias y con un sistema de apoyo importante, puede ser una buena manera de mantenernos protegidos frente a desarrollar una depresión o en un trastorno relevante.
Sin embargo, hay ocasiones en que o no contamos con las suficientes herramientas y apoyos, o la situación nos sobrepasa, y a partir de esto puede ser necesario contar con la ayuda de un profesional. El ser capaz de poder pedir ayuda es síntoma de sanidad mental como también un factor protector frente a que lo que se está sintiendo, empeore.
A continuación, comparto algunas situaciones donde podemos ver que pedir ayuda de un profesional puede ser de gran ayuda, incluso a nivel vital:
Cuando sientes que estás distinto/a. Si observas que tus hábitos alimenticios han variado (estás comiendo más o menos), o bien la cantidad o calidad del sueño también ha cambiado, es un buen punto para empezar a cuestionarse sobre tu salud física y mental.
Estás empezando a adquirir malos hábitos. Si sientes que te está costando lidiar con lo que sientes, y tu forma de afrontarlo ha sido con la comida (aumentando o disminuyendo su ingesta), con alcohol, drogas o con la frecuencia en las relaciones sexuales, es importante ver si hay algo más de fondo.
Has experimentado una pérdida reciente. En general una pérdida importante (ruptura amorosa, de trabajo, duelo, etc.) puede ser contenida con una buena red de familiares y amigos, sin embargo hay ocasiones en que puede no ser suficiente, sobre todo cuando has experimentado múltiples pérdidas en un período breve de tiempo.
Te está costando disfrutar lo que antes te gustaba. En general, realizamos actividades que nos ayudan a distraernos y relajarnos de las tensiones cotidianas. Sin embargo, cuando estos pasatiempos no cumplen su función, es importante empezar a observar cual será el motivo.
Tu rendimiento laboral ha variado abruptamente. Si no te puedes concentrar o has cometido muchas fallas en tu trabajo, quizás sea necesario evaluar qué podría estar pasando. También si te estás sumergiendo solamente en tu trabajo y no estás haciendo otra actividad, podría ser relevante ver qué está pasando y si hay algo que estás evadiendo afrontar.
Tendencia a manifestar un pensamiento catastrófico. El sentirse sobrepasado por una emoción puede ser algo que nos ocurre a la mayoría, el peligro es cuando a partir de una situación difícil o de sentir una emoción en particular, se entre en una dinámica de intensificar esto a tal punto de aumentar la gravedad de lo ocurrido sin asociación al evento inicial. Por ejemplo, si tuviste un malentendido con alguien, el usar este tipo de pensamiento sería pasar a pensar que a partir de eso no puedes relacionarte bien con otras personas, que te convertirás en una persona solitaria, y así puede continuar.
No te sientes bien físicamente. El cuerpo también se manifiesta cuando estamos mal emocionalmente. Es importante que te hagas primeramente un examen médico para descartar alguna patología física. Si a pesar de tener bien tus exámenes, sientes dolores de cabeza, estómago, tensión, es probable que exista un estrés emocional de fondo.
Has vivido una situación que ha sido traumática para ti. Si has tenido una historia dolorosa en tu pasado, asociado a un abuso sexual, negligencia parental o un evento que no puedes olvidar, o bien recientemente has vivido algo de este tipo, mientras antes puedas pedir apoyo profesional, mejor. Este tipo de vivencias en general requieren un apoyo distinto que otro tipo de situaciones.
Las personas que te conocen están preocupadas. Ya sea en el ámbito laboral o en tu círculo de amigos, en general la visión de los demás que te conocen puede ser un aporte en el sentido si has cambiado. Si bien esta no es una condición única para decir que puedes necesitar terapia, ve si cumples alguno de los otros puntos para considerar la opción que algo no anda bien.
Si estas teniendo dificultades con tu pareja o familia. En ese sentido, si está existiendo poco respecto o confianza por el otro, puede ser necesario también considerar una terapia de pareja o terapia familiar. Es importante considerar, que hay ocasiones en que las relaciones están dañadas y eso no depende solo de una persona, sino de quienes forman parte de esa relación. Si te está costando las relaciones en general, una terapia grupal también puede ser un buen apoyo.
Como consultora contamos con servicio médico y psicológico, de manera que cuando veas que cumples con algunas de estos puntos, no dudes en consultar inmediatamente. En general, mientras antes puedas evaluar lo que estás viviendo, mejor es el pronóstico.