La Organización Mundial de la Salud indica que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte a nivel mundial. Al respecto se ha podido observar que existen factores de distinto orden que pudieran estar asociados a su desarrollo.
En esta ocasión, nos referiremos a los factores psicosociales que se vinculan al desarrollo de una enfermedad coronaria.
Los factores psicosociales hacen alusión a las características psicológicas y sociales que podrían estar incidiendo en el desarrollo de una enfermedades coronaria. En este sentido, podrían ser aspectos individuales o bien del contexto social en el que se encuentra la persona, que podrían tener un efecto en su salud.
Es así como gran parte de la investigación realizada en torno a los factores psicosociales de estas enfermedades, ha puesto el foco en los trastornos afectivos, las emociones negativas y el aislamiento social, tomando un rol protagónico la depresión.
Si bien la depresión, ha resultado aparecer cuando se diagnostica una enfermedad coronaria, resulta necesario poder apreciar que existen otras características de la personalidad que podrían estar incidiendo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
El término “tipo de personalidad” significa que los miembros que la componen, son más parecidos entre sí que a otros miembros de otro subgrupo. Esta diferenciación de los subtipos de personalidad puede ayudar a identificar a grupos de pacientes que comparten características comunes en términos de pronóstico y tratamiento.
Personalidad Tipo A
Uno de los tipos de personalidad que se ha asociado al desarrollo de estas enfermedades es el tipo A, que es un comportamiento asociado a la cultura occidental, en el sentido que premia a aquellas personas que son más rápidas y agresivas que sus semejantes. Este tipo de comportamiento se evidencia en personas que muestran constante:
Impaciencia.
Ambición.
Agresividad.
Urgencia de tiempo.
Deseo de reconocimiento.
Existen investigaciones que han revisado la relación entre personalidad tipo A y enfermedad coronaria y concluyeron que la personalidad tipo A se comporta como factor de riesgo para la enfermedad coronaria en estudios poblacionales, siendo relevante considerar que hay características que tienen mayor incidencia. De esta manera, se ha podido observar que aquellos que manifiestan especialmente “hostilidad” son aquellos más propensos a enfermarse. Esto significaría reaccionar ante situaciones desagradables con respuestas que reflejan hostilidad, frustración, irritabilidad y disgusto.
Personalidad Tipo D
Además de lo anteriormente mencionada, existe otro subtipo de personalidad asociado a las enfermedades cardiovasculares y es el de personalidad tipo D donde el individuo es:
Ansioso,
Melancólico,
Pesimista y con dificultades sociales,
Pocas amistades,
Tendencia a sentirse incómodo ante personas extrañas.
Dentro de estas características, aquellas que más inciden son la “afectividad negativa” y la “inhibición social”. En este sentido, la afectividad negativa hace alusión a una mayor reactividad y valoración negativa a eventos sociales y la inhibición social a la evitación del contacto con otros. Ambas características hacen alusión a la percepción de un entorno social poco favorable, donde se aprecia que el modo de enfrentar una situación puede ser tan relevante como la situación misma.
De acuerdo a lo anterior, existe una escala (DS-14) que permite identificar si una persona presenta rasgos especialmente asociados al tipo de personalidad D, que ha sido visto como al más vinculado a desarrollar una enfermedad cardiovascular
A partir de esta escala, pueden realizarse las siguientes preguntas y observar si usted podria estar dentro de esta categoría:
¿Cuando conoce personas, le cuesta establecer contacto visual?
¿Se siente infeliz a menudo?
¿Se siente preocupado a menudo?
¿Siente que tiene una vista pesimista de las cosas?
¿Siente que es una persona cerrada?
¿Se siente irritado a menudo?
Si contesta afirmativamente a por lo menos dos preguntas, o se siente identificado por alguno de los tipos de personalidad mencionado, se le sugiere el solicitar un apoyo profesional, donde puede ser de ayuda el realizar terapia psicológica y complementarlo con apoyo farmacológico en caso de ser necesario. También puede ser de utilidad el poder unirse a instancias que fomenten las habilidades sociales, el soporte emocional, el ejercicio físico y la meditación, todas las cuales incentivan el potenciar una mayor tolerancia a situaciones complejas.