Según los últimos registros, 1 de cada 4 chilenos presenta colesterol total y LDL elevado, uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en nuestro país. Lo positivo es que, según la OMS, el 80% pueden ser evitadas mediante una prevención adecuada, por lo que es indudable la importancia de concientizarnos con respecto a los mecanismos que ayudan a controlar los niveles de colesterol.
El colesterol es un esterol natural de origen animal y cumple importantes funciones en nuestro organismo; en las membranas celulares, en las sales biliares, en la formación de vitamina D y de las hormonas sexuales, entre otras. No podemos vivir sin colesterol. Sin embargo, el mal manejo del colesterol por parte de nuestro organismo, ya sea por razones genéticas, patológicas, dietarias, de estilo de vida, u otras causas, nos causa problemas. El exceso de colesterol total y LDL, identificado como colesterol malo, es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardio y cerebrovasculares y del síndrome metabólico.
El colesterol no es un componente mayoritario en nuestra alimentación, pero está presente cada vez que se consume un alimento de origen animal como por ejemplo: carnes de cerdo, vacuno, cordero, embutidos, vísceras, interiores, huevo, lácteos enteros, quesos, mayonesa, mantequillas, margarinas, galletas, chocolates, pasteles y alimentos envasados.
Existen diversas formas de mantener niveles sanos de colesterol: consumir una dieta equilibrada, ejercitar de forma constante, o a través de medicamentos recetados por tu médico. Pero eso no es todo, actualmente podemos encontrar los llamados alimentos funcionales, aquellos que en forma natural o procesada, contienen componentes que ejercen efectos beneficiosos para la salud que van más allá de la nutrición: los FITOESTEROLES.
Los fitoesteroles son esteroles de origen vegetal que forman parte de la estructura de muchos vegetales. Son muy similares al colesterol animal, por lo que bloquean su absorción a nivel intestinal por competencia, eliminando de esta forma el exceso de colesterol que se acumula en nuestro organismo. Así, evitaríamos que también se acumulara en las arterias, protegiendo nuestra salud cardiovascular. Además tiene numerosos efectos fisiológicos como propiedades antiinflamatorias, antitumorales, bactericidas y fungicidas. Sin embargo, el efecto mejor caracterizado y científicamente demostrado es su acción ya mencionada: hipocolesterolémica, tanto a nivel del colesterol total como del colesterol-LDL (el llamado “colesterol malo”).
¿En qué alimentos podemos encontrarlos?
Todos los alimentos de origen vegetal contienen cantidades variables de fitoesteroles. Éstos están presentes en los frutos, semillas, granos, hojas y tallos de prácticamente todos los vegetales conocidos, por lo que obligadamente forman parte de nuestra dieta. La fuente más concentrada de fitoesteroles son los aceites vegetales y cereales: aceite de canola, soya, girasol y maní, cereales como el centeno, trigo, cebada y avena y los pseudocereales como la quínoa, el amaranto y el alforfón. Otras buenas fuentes de fitoesteroles son: frutos secos y semillas como pistacho, semillas de girasol y sésamo.
Sin embargo, el aporte que nos entregan estos alimentos no sería el suficiente para reducir considerablemente los efectos del colesterol en nuestro organismo, además estos se absorben de manera muy escasa en nuestro tubo digestivo, es por eso que es recomendable complementarlos con alimentos fortificados con fitoesteroles para alcanzar nuestro requerimiento diario, como ciertos lácteos, margarinas, jugos, cereales o bien los llamados nutraceúticos (producto natural en formato de cápsulas, píldoras, viales, concentrados, etc, con acción terapéutica) que contengan fitoesteroles.
Pero, ¿Cuál es mi porción diaria recomendada?
Se ha demostrado, mediante experimentos clínicos y epidemiológicos, que el consumo diario de 1-3 g/día de fitoesteroles produce una disminución importante en los niveles de colesterol sanguíneo. Se ha establecido que éstos son retenidos por varias horas en nuestro organismo por lo tanto no sería necesario el consumo simultáneo de fitoesteroles con la ingesta de colesterol.
¿Se pueden utilizar fitosteroles cuando ya se está en tratamiento de la hipercolesterolemia con medicamentos?
Favorablemente, los fitoesteroles son incluidos como componentes de las llamadas terapias mixtas o combinadas, en las que mediante el tratamiento con dos medicamentos diferentes se obtiene un efecto potenciador en la baja de colesterol sanguíneo.
El efecto de estas sustancias en nuestro organismo será más eficiente siguiendo una alimentación baja en colesterol y un estilo de vida saludable, evitando el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad y el tabaquismo, ya que son los mejores aliados para determinar niveles altos de colesterol sanguíneo y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.